martes, 16 de noviembre de 2010

INTERES CULTURAL

Obra declarada de
INTERES CULTURAL
Secretaría de Cultura
Partido de Gral. Pueyrredón
Mar del Plata.

sábado, 23 de octubre de 2010

palabras de la directora


Me encuentro entre las manos con este texto dramático-poético de Pablo Mascareño.
Y si tendría que sintetizarlo en dos palabras serían: Ausencias Presentes. O la Presencia de la Ausencia. La pulsión continua del deseo… Manojo de recuerdos de los momentos más entrañables, fugaces e imborrables, que todos almacenamos… vaya a saber uno, dónde… quizás en recipientes frágiles y preciosos de la memoria.
Poesía pura e inevitable. Textos que nos zambullen en ese imaginario propio y que aflora apenas destapamos esos recipientes-frasquitos de la esencia del ser, del existir, del estar aquí y ahora frente a la inmensidad del universo.
Trabajo que promete ser movilizador, con la fuerza de lo intangible.
¡Presente…! ¡VIVO!
Herminia Jensezian

palabras del autor


Existen suelos a los que acudimos física o espiritualmente para encontrarnos con nosotros mismos en un viaje interior pleno de implicancias y significados. Son esos lugares los que nos otorgan identidad. Nos cobijan. Nos explican la vida. Descifran nuestras almas. El mar es el universo que me contiene una y otra vez. Recurro a su  inmensidad para entenderme y entender.
“Como arena entre las manos” merodea ese cosmos infinito a partir de los recuerdos entrañables que se suceden bajo los tópicos del verano.
La trascendencia de la naturaleza y lo efímero del hombre aproximan la metáfora  sobre ese mundo de singularidades reconocibles.
A modo de evocación y homenaje sobre la rica historia de las ciudades de Mar del Plata y Miramar, y su significancia en el imaginario social, la pieza fue estructurada a partir del “Reglamento de Baños para el Puerto de Mar del Plata” rubricado el 15 de enero de 1888 por el Subprefecto Hilario Rubio.
Que está pieza acerque al espectador hacia un mar de memorias y recuerdos completados en imágenes y sonidos como brisas que le acaricien el alma.
Pablo Mascareño

sobre la obra




La pieza delinea el universo, la atmósfera, de tres períodos: la Belle Epoque, la segunda mitad del siglo XX, y la actualidad del siglo XXl.
Es a fines del siglo XlX, tiempos de aspiraciones sociales, cuando las clases altas comienzan a veranear en las playas de Mar del Plata, convirtiéndola, con el tiempo, en la Biarritz Argentina. Lujo y ostentación estival se veían coronados por un espacio de recato en el que el libre albedrío estaba vedado. Bajo el estricto “Reglamento de Baños para el Puerto de Mar del Plata” se desenvolvía la vida en la arena. La Ley imponía qué y cómo hacerlo. El tiempo de descanso se veía atravesado por los pudores de la época. A la luz del tiempo, resuenan risueños los artículos de ese Manual de Baños imperturbable.

El texto recrea ese aire naif en la contemporaneidad de su protagonista, quien desgrana sus recuerdos desde el presente en un acercamiento entrañable con sus afectos más queridos del pasado, los aromas de sus veranos, los paisajes del mar que año tras año la cobijaron y hoy la arropan en sus sentimientos profundos. La infinitud de la naturaleza se enfrenta al fugaz tránsito del hombre.

Una ciudad de Miramar salpicada por los fríos del invierno abriga a la voz narradora,   quien recurre a este sitio de amorosos recuerdos una y otra vez para añorar desde el encanto de sus evocaciones más dulces. Esas reminiscencias que están vinculadas con sus veranos en familia. Esas mismas que, como mojones en la vida, van marcando el pulso de su crecimiento.

El Reglamento de Baños para el Puerto de Mar del Plata se transforma en juego trascendente. Es la excusa para ejercitar la memoria. Y confirmar una identidad.
Los tópicos de esa convención social llamada veraneo acercan al espectador a un espacio reconocible. De grata remembranza. Esos sitios donde todo vale cuando no hay Reglamento por cumplir.

La pieza retoma el universo del océano y sus playas, en una ciudad bañada por el mar  que el espectador encontrará entrañable, como lo son esos lugares a los que siempre se  vuelve para reencontrarse con el pasado más íntimo. Y eso no es otra cosa que una forma de bucear en el ser interior.

Con humor, bellas palabras y gratas melodías, Margarita, la protagonista, trasciende a través de sus ciclos estivales. Se deja llevar por sus recuerdos más íntimos. Explora su vida y sus veranos. Indaga en los momentos que atesora en su memoria. Esos mismos que se escapan Como arena entre las manos. Como la vida misma.

mar



¡Bendecida la fuerza de la roca!
Yo tengo el corazón como la espuma…
Mar, yo soñaba ser como tú eres…

(Alfonsina Storni)

Porque el mar, es así, de tales modos,
que el pobre siente su alma enriquecida;
y advierte al poderoso, que no es nada
frente al grande: misterio de la vida.

                                   (Olga González Castaño)

Yo no nací aquí pero el mar me hizo suyo:
a mí me atrapó esa planicie que está detrás de las olas,
la que florece oscura cuando llegan las lluvias,
la que no deja un solo día de rugir
y se balancea inmemorial como un parpadeo.

(Rafael Felipe Oteriño)